Hoy en día nos encontramos en nuestras ciudades con decenas de instalaciones deportivas a las que podemos acudir, algunas de ellas públicas y, otras muchas, a manos de capital privado. En este sentido, en un mercado en el que existe una oferta tan amplia de posibilidades, somos los clientes los que podemos elegir cuál de las opciones nos convence más.
Es por ello por lo que cada vez más, las instalaciones deportivas se afanan en ofrecernos los servicios a un precio cada vez más competitivo, pero no solo eso, sino que, además, buscan otras formas de atraernos para que acudamos de forma asidua. Así, hoy en día ya son muchas las cadenas de gimnasios que nos ofrecen aplicaciones mediante las cuales podemos ver nuestras cuotas, ver los progresos que hacemos con diferentes máquinas o, entre otras opciones disponibles, reservar una clase en concreto un masaje. Otras instalaciones por ejemplo hacen precios especiales a los residentes cercanos a ellas para lograr fidelizar a su clientela y con ello poder ganar un mayor número de abonados, pero, sin duda alguna, la última tendencia pasa por hacer cada vez más cómodos y simples los sistemas de control de accesos a las instalaciones.
Y es que a todos nos incordia tener que llevar tarjetas, recordar contraseñas o descargarnos aplicaciones con llaves electrónicas, por lo que cada vez son más las instalaciones deportivas que apuestan por sistemas de control de accesos más eficientes para poder fidelizar a sus clientes y, entre los más avanzados, nos encontramos con:
- Sistemas autónomos. Estos controlan una única puerta y son perfectos si tan solo necesitamos un control de acceso básico que abra una única puerta, ya que con un único lector podremos dar de alta a los usuarios a quienes se les permitirá el acceso. Aportan sencillez a la hora de instalar y gestionar en el día a día, tal y como nos recuerdan los expertos de esta empresa de software de gestión deportiva, Gestigym, quienes cuentan con una gran experiencia a la hora de instalar este tipo de sistemas de control, así como otros más complejos que cuentan con un mayor componente tecnológico, por lo que conocen de primera mano este tipo de soluciones.
- Sistemas centralizados. Este tipo de sistemas gestionan múltiples accesos a través de un sistema centralizado en el que se lleva un control de accesos y posibles incidencias. Los lectores son conectados entre sí en una o varias unidades centrales recopilando toda la información necesaria para garantizar la seguridad del espacio. Los sistemas centralizados son idóneos para proyectos medianos y grandes en los que se requiere un control de acceso múltiple.
- Sistemas distribuidos. Estos controlan varias puertas desde un mismo puesto mediante tecnología de radiofrecuencia, siendo un sistema de seguridad adecuado para un proyecto de cierta entidad en el que se precisan varios dispositivos en localizaciones variadas. Los sistemas distribuidos no necesitan cableados y son muy apropiados, por ejemplo, para un gimnasio o instalación deportiva con múltiples entradas o una urbanización con diferentes puntos de acceso.
- Sistemas inalámbricos para el control de acceso. Este tipo de sistemas garantizan una instalación rápida, cómoda y segura sin necesidad de detener la actividad y se adaptan a cualquier sistema. Al no necesitar cable, no requieren obra y su gran variedad permite encontrar la solución adecuada para cualquier situación o sistema de control de acceso.
- Control de accesos en la nube. La nueva tecnología posibilita tener el control de los accesos de una instalación deportiva en nuestro móvil, ordenador o tablet, de manera que tenemos un control total de lo que ocurre en estos espacios, pudiendo abrir o bloquear puertas o saber si hay cualquier problema al instante. Esta tecnología permite administrar permisos desde la web o desde una aplicación en tiempo real con un panel de control muy sencillo e intuitivo.
Los sistemas biométricos de control de accesos manos libres, la última tendencia en controles
Sin duda alguna, este es el ámbito donde más está evolucionando la tecnología ya que gracias a estos sistemas dejamos fuera las manos y buscamos el libre acceso mediante el reconocimiento de nuestra mano, de la huella dactilar, del iris o el rostro. En este sentido, atrás quedan ya las tarjetas, códigos y demás contraseñas para abrir puertas y nos valemos de rasgos humanos que llevamos siempre con nosotros, garantizando el paso único y personal. En el caso del reconocimiento por iris, por ejemplo, bastaría con acercar nuestro ojo a unos 35 centímetros del lector para que este identificara nuestro iris y nos permitiera pasar, todo ello con la comodidad de no tener que utilizar las manos para nada.