¿Alguna vez te has preguntado cómo sería un mundo en silencio? Imagina que, de repente, los sonidos que siempre has dado por sentados (el canto de los pájaros por la mañana, las risas de tus nietos o incluso el crujir de las hojas bajo tus pies) comienzan a desvanecerse lentamente; por desgracia, esta es la realidad que enfrentan muchas personas mayores a medida que envejecen.
La pérdida auditiva en la tercera edad es una experiencia más común de lo que podrías pensar, y no es solo cuestión de oír menos, sino de cómo se vive y se adapta a una nueva forma de percibir el mundo.
¿Qué es la pérdida auditiva en la tercera edad?
La pérdida auditiva relacionada con la edad, también conocida como presbiacusia, es un deterioro progresivo de la capacidad auditiva que ocurre a medida que envejecemos.
¿Sabías que aproximadamente uno de cada tres adultos entre 65 y 74 años tiene algún grado de pérdida auditiva? Y si miramos más adelante, a los mayores de 75 años, ¡la mitad tiene dificultades para escuchar!
Esta condición no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso gradual, que actúa como si alguien estuviera bajando el volumen de tu vida poco a poco sin que te percates de ello: de pronto, te das cuenta de que es más difícil seguir una conversación en una habitación ruidosa, o que tienes que subir el volumen de la televisión más de lo normal para oír algo, y es entonces cuando te preguntas “¿qué me está ocurriendo?”.
¿Por qué ocurre la pérdida auditiva en la tercera edad?
El envejecimiento es un proceso maravilloso y natural, pero también trae consigo ciertos cambios en nuestro cuerpo, ¡y nuestros oídos no son la excepción! La presbiacusia ocurre principalmente por la degeneración de las células sensoriales en el oído interno, conocidas como células ciliadas. Estas células son responsables de transformar las ondas sonoras en señales eléctricas que nuestro cerebro puede interpretar. A medida que envejecemos, estas células se van desgastando y perdiendo su función.
Además, hay otros factores que pueden influir en la pérdida auditiva, como la exposición prolongada a ruidos fuertes a lo largo de la vida, el tabaquismo, enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, e incluso la genética. ¿Sabías que algunas personas están más predispuestas genéticamente a perder audición que otras? De modo que, si tienes antecedentes familiares de pérdida auditiva, podrías ser más propenso a vivir esta experiencia; es por ello que debemos estar informados a las señales que nuestro cuerpo nos va proporcionando.
Las señales de que algo no suena bien.
Entonces, ¿Cómo saber si tú o un ser querido está comenzando a experimentar pérdida auditiva? Según nos aconsejan los expertos de Centros Auditivos EFETA, una de las mejores formas de saberlo es a través de un test auditivo, sin embargo, otra opción es estar atentos a las siguientes señales que nos indica este centro:
- Dificultad para entender conversaciones: si notas que te cuesta más seguir una charla, especialmente en lugares ruidosos, podría ser una señal.
- Subir el volumen: ¿te dicen constantemente que bajes el volumen de la televisión? Podría ser que necesites subirlo porque no escuchas bien.
- Zumbidos en los oídos: este fenómeno se llama “tinnitus”, y es común en personas con pérdida auditiva.
- Fatiga auditiva: si después de una conversación larga te sientes agotado, podría ser porque tu cerebro está trabajando más para entender lo que se dice.
- Aislamiento social: muchas personas con pérdida auditiva tienden a evitar situaciones sociales porque se sienten frustradas o avergonzadas de no poder seguir bien la conversación.
El impacto en la calidad de vida.
La pérdida auditiva en la tercera edad va mucho más allá de no poder escuchar bien; puede afectar profundamente a la calidad de vida de quien la sufre.
Y es que, como todos sabemos, la comunicación es una parte esencial de nuestra vida social y emocional, por lo que, cuando ésta se ve comprometida, podemos llegar a sentirnos solos.
Además, estudios han demostrado que la pérdida auditiva no tratada puede estar relacionada con un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Y no solo eso, también se ha asociado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Esto se debe a que nuestro cerebro trabaja extra para intentar interpretar los sonidos que no escucha bien, lo cual puede sobrecargarlo y afectar otras funciones cognitivas.
¿Cómo podemos adaptar el día a día con deterioro auditivo?
Bueno, no todo son malas noticias. Hoy día, hay muchas formas de adaptarse y llevar una vida plena incluso con pérdida auditiva.
Aquí te doy algunos consejos prácticos para hacer frente a esta situación:
- Utiliza audífonos: existen de muchos tipos y son cada vez más discretos y eficientes. Pueden amplificar los sonidos que tienes dificultad para escuchar, mejorando en gran medida tu calidad de vida.
- Crea un entorno favorable para escuchar: cuando estés en casa o en una reunión, procura reducir el ruido de fondo tanto como sea posible; apaga la televisión o la música si no son necesarios en ese momento.
- Comunicación efectiva: si estás hablando con alguien con pérdida auditiva, asegúrate de que pueda verte bien, articula claramente y habla a un ritmo normal (ni demasiado rápido ni demasiado lento). No es necesario gritar, solo ser claro.
- Participa en actividades sociales: no te aísles. ¡La conexión con los demás es vital! Participar en actividades donde puedas comunicarte sin presión es fundamental para mantenerte activo y positivo.
- Visitas regulares al otorrino: si notas algún cambio en tu audición, lo mejor es consultar a un especialista. Ellos podrán darte las mejores opciones para manejar tu situación.
Además, ¿sabes lo mejor? ¡Que la tecnología está de nuestro lado!
En los tiempos que corren, tenemos a nuestro alcance una variedad de herramientas que pueden mejorar la calidad de vida de quienes padecen pérdida auditiva: por ejemplo, existen audífonos que no solo amplifican el sonido, sino que también pueden conectarse vía Bluetooth a tu teléfono, ofreciéndote la opción de escuchar llamadas directamente en tus oídos. Además, también hay programas de entrenamiento auditivo que pueden ayudar a tu cerebro a adaptarse mejor a la pérdida de audición, mejorando tu capacidad para seguir conversaciones.
Otra gran innovación es el desarrollo de sistemas de bucle magnético, que se encuentran en muchos lugares públicos como teatros, iglesias y estaciones de trenes. Estos sistemas transmiten el sonido directamente a los audífonos equipados con una bobina inductiva, reduciendo el ruido de fondo y haciendo que la experiencia auditiva sea mucho más clara.
Aspectos emocionales que son clave para tratar el deterioro auditivo.
Aunque la pérdida auditiva es una realidad para muchas personas mayores, sigue siendo un tema rodeado de estigmas. Muchas veces, las personas evitan hablar de su pérdida de audición o tardan en buscar ayuda porque no quieren admitir que están envejeciendo o porque les preocupa cómo serán percibidos por los demás.
En este sentido, la aceptación y la información ayudan mucho.
¡Basta de tabúes! La pérdida auditiva es una parte natural del envejecimiento, y cuanto antes la aceptemos y busquemos soluciones, mejor será nuestra calidad de vida. Hablar abiertamente sobre la pérdida auditiva y educar a los demás sobre cómo pueden apoyar a quienes la padecen es clave para derribar estas barreras.
Además, es importante recordar que no es algo que solo afecte a los «muy mayores»; la presbiacusia puede comenzar a los 50 o 60 años, y cuanto antes se tome conciencia y se actúe, mejor será el manejo de la situación.
Por supuesto, enfrentar la pérdida auditiva no es un camino que deba recorrerse solo. El apoyo de la familia y los amigos es fundamental. Es un trabajo en equipo donde todos deben poner de su parte para facilitar la comunicación y mantener las relaciones fuertes y saludables.
Dicho esto, si tienes un ser querido que está experimentando pérdida auditiva, aquí van algunos consejos para apoyarlo:
- Sé paciente: entiende que puede ser frustrante para ellos no poder escuchar bien, y que a veces necesitarán que repitas las cosas.
- Involúcralos en la conversación: hazles saber que su presencia y opinión son importantes. Si ves que están teniendo problemas para seguir la charla, ofrece cambiar de lugar o hacer la conversación más agradable.
- Acompáñalos a las consultas: ir juntos al otorrino o audioprotesista puede ser de gran ayuda. De esta forma les darás apoyo emocional, y también estarás mejor informado sobre cómo puedes ayudarlos en su día a día.
- Anímalos a usar dispositivos de ayuda: a veces, las personas mayores pueden sentir rechazo ante la idea de usar audífonos u otros aparatos; por ello, explicarles los beneficios y acompañarlos durante el proceso de adaptación puede hacer una gran diferencia.
- Fomenta la participación en actividades sociales: ayuda a tu ser querido a relacionarse con los demás, buscando actividades en las que pueda participar sin sentirse limitado por su audición.
Como ves, aunque sea un problema bastante incómodo, hay soluciones; por ello siempre es importante no perder la esperanza, y, ante todo, tratar estos problemas con cariño, respeto y comprensión.