En muchas ocasiones, parece que hablar de belleza es algo que solo podemos limitarnos a hacer cuando somos jóvenes o, como mucho, cuando tenemos una edad media. Pues bien: queremos romper moldes por completo. Queremos que hablar de belleza se pueda hacer en cualquier momento de la vida, con independencia de si somos más jóvenes o más mayores. Y sí: la belleza también es cosa de los ancianos y las ancianas. Porque ellos y ellas, como el resto, también tienen la posibilidad de ser bellos y bellas desde el punto de vista físico por mucho que haya gente que no lo quiera ver o lo niegue.
A lo largo de los próximos párrafos, queremos reivindicar precisamente que la belleza es una cosa universal, que se puede conseguir con independencia de la edad que tengamos, de la nacionalidad que marque nuestro documento de identidad y del sexo que tengamos. Ni que decir tiene que hace falta que tengamos en mente todo lo necesario para ello: los productos que usemos, la actitud con la que afrontemos el día a día y un montón de cosas más. Por tanto, la belleza no es algo que nos venga dado por genética, sino que podemos conseguirla por nuestros propios medios. Solo hace falta que nos pongamos manos a la obra.
A fin de cuentas, la belleza es algo que podemos construir. Hay una parte que sí tiene que ver con la genética, no nos podemos engañar, pero son muchas las cosas que podemos hacer para paliar los defectos físicos que creemos que tenemos o de maximizar nuestras virtudes. Y es en esas dos cosas en las que nos tenemos que centrar por encima de todo. Con un poco de ayuda, podemos convertirnos en lo que siempre hemos querido aunque tengamos una edad avanzada. Hay mucha gente que lo ha conseguido y que incluso ha llegado a parecer bastante más joven de lo que realmente dicen sus documentos legales.
El cabello es una de las zonas del cuerpo que es realmente importante a la hora de determinar el grado de belleza que podamos adquirir con independencia de la edad que tengamos. Y precisamente por eso debemos cuidar de él. Echando un vistazo a la web de Curly Store podemos encontrar varias maneras de conseguir el cabello que, por muchos años que tengamos, nos haga parecer jóvenes. Hay productos y tratamientos orientados a prácticamente todo: a cuidar del volumen de los rizos, a que gane color, a que se mantenga sano y fuerte… Vamos, a todo lo que se necesite para que nuestro cabello le diga al mundo entero que todavía somos jóvenes.
Desde luego, es evidente que podemos hacer muchas más cosas para tratar de conseguir parecer más jóvenes de lo que realmente somos. Hemos hablado del cabello, pero hay que hablar de otras partes del cuerpo. Y una de las que creemos que es más relevante en este sentido es la piel. Una piel que sea suave es propia de alguien más joven, al igual que otra en la que no haya manchas. Cuando aparecen rugosidades y manchas, entonces ganamos años que quizá todavía no hayamos cumplido. Por eso es conveniente que cuidemos de cada centímetro de la piel.
También es importante que nos alimentemos en condiciones. Los productos que comemos tienen una influencia tremenda en nuestra vida desde que somos pequeños y, por tanto, no nos podemos permitir el lujo de descuidar aquello que ingerimos. Si abusamos de productos altos en azúcar o en sal o dejamos de consumir elementos claves para nuestra dieta como el pescado, estamos seguros de que vamos a padecer las consecuencias más antes que después. Una dieta sana hace de nuestro cuerpo algo más bello, más lustroso, menos desgastado. Y eso tiene un valor que no se puede calcular.
Crece exponencialmente el número de personas que necesita cuidar de todo esto
Oímos decir en muchas ocasiones que estamos en un mundo en el que todo lo que tenga que ver con la imagen es lo que domina en la actualidad. Y eso es algo que no solamente consideran los jóvenes, sino que se ha instalado de alguna manera en el subconsciente de todo el mundo, con independencia de cuál sea su generación. La gente mayor sabe que la imagen es más importante que nunca y también hacen todo lo que se encuentre a su disposición para tratar de conseguir reflotar la suya si lo considera necesario. Y por ahí podemos explicar todo a lo que hemos hecho referencia en los párrafos anteriores.
Se suele decir que ha crecido exponencialmente la cantidad de personas que se preocupan por su imagen física… y, en este sentido, debemos decir que la gente mayor ha sido responsable de ello. Lo que nos lleva a opinar así es el hecho de que estamos hablando del grupo de edad más numeroso de todos cuantos existen. Si echamos un ojo al estudio que os compartimos a continuación y que es propiedad del portal web Statista, en el que aparece la cantidad total de gente mayor de 65 años que había en el interior de nuestras fronteras entre los años 2002 y 2024. Mientras que en el primero de esos años apenas llegábamos a tener 7 millones de personas que superaran esa edad, el año pasado ya estábamos al borde de los 10. Es un aumento realmente significativo.
No hay ni un solo grupo de población que maneje a día de hoy estas cifras. Y es precisamente por eso por lo que se suele considerar que España es un país que se encuentra en pleno proceso de envejecimiento. Entre otras cosas, este tipo de datos son los que han llevado a las administraciones públicas a retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años. Ni que decir tiene que estamos hablando de una cuestión que explica cómo es la sociedad y las implicaciones que eso tiene a la hora de que consideremos cuáles son nuestras prioridades.
Y sí: la belleza es una prioridad para la gente mayor. Porque esa gente mayor sí que tiene acceso a redes sociales y sí que está, en muchos casos, atenta a las novedades que se van produciendo día a día y a las nuevas necesidades que existen en el mundo. Y es algo absolutamente respetable, que no nos tiene por qué extrañar. Todo el mundo desea tener una imagen impoluta desde el punto de vista físico y la verdad es que existen motivos más que de sobra para ello. Nadie lo puede negar.
¿Y qué pasa con la atracción física?
Seguramente sea una de las cosas que os estéis preguntando desde que hemos empezado este artículo. Y no es para menos. ¿Qué es lo que pasa cuando somos ancianos? ¿Nos atrae la gente de nuestra edad o solo la que es más joven que nosotros? Esa es la pregunta que se exhibe en el titular de la noticia que os vamos a enlazar a continuación y que procede de la web vice.com. La noticia empieza diciendo que parece ser que la belleza es algo que tiene fecha de caducidad, que se va perdiendo de manera irremediable con el paso del tiempo, especialmente entre los 30 y los 50 años. Pero nosotros, por supuesto, no estamos en absoluto de acuerdo con esta tesitura.
Y no estamos de acuerdo porque son muchas las personas mayores que nos han comentado que la posibilidad de enamorarse de la imagen física de una persona de edad similar siempre es posible. Creemos firmemente que es una de las cosas que nunca creemos que pueda llegar, pero que sí que se produce. Desde luego, eso se debe a que la belleza no se termina perdiendo si nos mentalizamos de que en nuestras propias manos está la posibilidad de cuidar de ella. Y ojalá que todos y todas tengamos siempre en mente este asunto.
La belleza es algo que muchas veces pensamos que es subjetivo, pero que tiene aspectos que son más objetivos que otra cosa. Por tanto, hay que cuidar de todo lo que tenga que ver con los elementos básicos de nuestra belleza: nuestro cuerpo, nuestra cara, nuestra sonrisa o nuestro cabello, entre otras cosas. Tenemos la suerte de encontrarnos en uno de los momentos de la Historia en los que hay más maneras de potenciar esa belleza y de minimizar los defectos que creamos tener, así que solo tenemos que aprovechar la oportunidad que tenemos ante nuestras narices para intentar conseguir el objetivo.
Hay que conseguir que la edad sea solo un número. Y, en muchas ocasiones, esto se puede conseguir con nuestra propia mentalidad. Lo primero que debemos hacer es concienciarnos de que podemos seguir siendo guapos y guapas a pesar de los años que tengamos. Mucha gente suele limitarse a dejarse llevar, a sentir que no puede hacer nada ante el paso del tiempo. Pero sí que podemos combatirlo. Y quien no lo hace, amigas y amigos, es porque no conoce los resultados que puede llegar a conseguir.
