Hasta no hace muchos años a los disfraces no se les daba la importancia que sin dudan merecen. Hoy en día no solo son una manera distinta de disfrutar del ocio, también se le otorgan beneficiosos efectos a nivel psicológico, lo que ayuda aún más a darles ese valor que bien merecen.
España y conceptos como la felicidad o la alegría parecen inseparables, esto es casi indudable. En el momento en el cual llegan los turistas a nuestro país, saben lo que podemos ofrecerles. A ello ayuda el carácter mediterráneo, lo que suele llamar bastante la atención, porque hace posible el poder diferenciarse de las personas de otras nacionalidades, además de que también es de gran ayuda para contar con la sensación de que disfrutamos mucho de la vida.
Disfrazarse es una de nuestras señas de identidad
Es cierto, en España gusta disfrazarse, ya que somos uno de los países que más partido saca de la festividad del Carnaval y que tan famoso es en Las Islas Canarias o en Cádiz. Es uno de los momentos de mayor felicidad de todo el año y hay gente que espera que ganas el poder volver a ponerse un disfrazo con sus amigos o familia.
Vamos a ver algunas de las razones por las que puede merecer la pena el disfrazarse en Halloween, una fiesta que año tras año va ganando adeptos en España. Sin más dilación, vamos con ellos:
- Ayuda a que aumente la creatividad
- Colabora a cambiar los roles y que salgamos de nuestra zona de confort
- Una útil herramienta para la seducción
- Una forma para poder dedicar más tiempo para todos nosotros
- Colabora a nuestra socialización de diferente forma
- Se pueden aprender nuevas cosas
- Nos podemos reír mucho
- Ayuda a trabajar con nuestra propia personalidad
- Mejora de forma importante la autoestima
Hay mucha complicidad con las personas con las que nos podemos disfrazamos
Desde tiempos antiguos, el disfrazarnos es una buena manera de poder ocultar la identidad en los eventos en que se permiten toda clase de libertinajes o excesos. Desde este momento, la tradición se ha ido manteniendo y los disfraces copan una parte de gran importancia para preparar el carnaval.
Estamos ante una buena forma de disfrutar del ocio, pues se le puede sacar gran partido a cada fiesta. Se puede pasar bien con amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Hay muchos psicólogos y sociólogos destacan la gran cantidad de ventajas que permiten colocar un disfraz en algunas de estas fiestas de disfraces, en especial respecto a los pequeños. Desde lacasadelosdisfraces.es nos han dicho que es el consejo de esta clase de profesionales del sector, el que ha ayudado a que se reactive la atención por los disfraces como una de las mejores formas de ocio entre los españoles.
El caso es que disfrutar o ver cómo disfruta la gente que está a nuestro alrededor, es de esos grandes placeres que tiene la vida. Todo ello es algo que se logra en una situación como la que tenemos en Carnaval o en Halloween, donde vamos a estar rodeados de la totalidad de seres queridos de forma especial y distinta. Quizá este es el secreto más importante de esta clase de fiesta y que explica su gran popularidad, la cual aumente según van pasando los años.
Fiestas con todo el futuro del mundo
Ya nadie se sorprende cuando decimos que Carnaval o Halloween son unas festividades que han tenido pasado, tienen presente y van a seguir teniendo futuro. Pensemos que sigue creciendo la cantidad de personas que las suele defender, por lo que es lógico el pensar que no van a caer a medio plazo, por lo que solo podemos esperar que haya una mejoras.
Incluso, parece poco el disfrazarme por un par de días durante el año, lo que nos va a explicar esta tendencia cada vez más importante de poder disfrazarse en los cumpleaños o despedidas de soltero o soltera.
Existen pocas diversiones en la vida que nos pueden dar más diversión que un disfraz. Por ello no se debe perder nunca la ilusión que hace que nos animemos a ponernos algún traje. El Carnaval o Halloween son vistos, por bastante gente, siendo un sinónimo de libertad. El poder disfrazarse es de los motivos por los que la gente tiene ganas de que lleguen todos los años, siendo algo normal y de lo más sano que así ocurra.
Esperamos que haya quedado bien claro lo importante que es disfrazarse, pues al final es una actividad con la que se pasa muy bien y le da un carácter diferente a las fiestas, algo que en algunos casos como Halloween es bastante evidente, pero también podemos extenderlo a festividades que ahora cuentan con un gran predicamento como son las fiestas medievales, donde el vestirse del medievo, junto con otros atractivos, le da ese carácter único que unido al enclave nos puede situar en una fiesta de hace muchos siglos.
Eso sí, siempre hay que apostar por disfraces que tengan la debida calidad y cumplan con las normas que establece la Unión Europea, algo que se puede constatar gracias al sello que lo confirma. De lo contrario, se pueden caer en los disfraces de escasa calidad, algo que suele provenir en muchos casos de los países asiáticos, especialmente de China, aunque hay otros países como Tailandia que suelen también tener grandes producciones.
Las diferencias estriban no solo la seguridad, algo importante para los niños, también para los mayores, pues además pueden durarnos bastante poco, pues las calidades son inferiores y ya que compramos un disfraz, mejor es que sea confortable, seguro y responda a unas calidades capaces de poder durarnos mucho tiempo.
Ahora os toca a vosotros elegir disfraz, pero siempre pensando en que la calidad y el confort a la hora de usarlo es de gran utilidad, pues de lo contrario, estaremos más pensando en quitárnoslo que en disfrutar de la fiesta o de lo bien que nos queda el disfraz que hemos elegido. Así que, a pensar con calma y seguro que elegís bien.